Contenidos + metodología + tecnología = aprendizaje. A grandes rasgos, esta es, desde nuestro humilde punto de vista, la fórmula del éxito educativo. Como demuestran diversos estudios, no hay aprendizaje sin emoción y, para que la haya, ese aprendizaje debe convertirse en una experiencia real y única (desarrollaremos esto en un próximo artículo). Sin embargo, hoy creemos que hay que añadir una nueva dimensión.
Compartir es vivir
El ser humano es un ser social por naturaleza. O eso dicen los libros de Ética y los especialistas que los escriben y de los cuales solemos fiarnos. Tanto es así, que para cada uno de nosotros, por sí mismo, habría sido realmente difícil sobrevivir sin la ayuda de los demás. Por ejemplo, sin padres (o sin alguien que ejerza ese papel) sería muy complicado nutrirnos de manera adecuada cuando somos bebés; sin educación o leyes, sería muy complicado vivir en sociedad.
Gamifica, que no es poco
Hace ya algún tiempo me planteé cómo ayudar a mis alumnos a aprender las ingentes cantidades de información relacionada con la historia de la literatura a las que están expuestos en 3º de ESO. Tras un arduo proceso de reflexión, llegué a una respuesta: “Gamifica, que no es poco”.
Una oferta que no podrán rechazar
Mi hijo lleva su iPad al colegio todos los días; ¿aprenderá más con él que un niño que no lo haga? Como docente con un poco de experiencia en entornos que usan la tecnología y en otros que no la usan, la respuesta resulta clara: “Depende”.